Sigo rebobinando en mi cabeza, una y otra vez, buscando el momento preciso, en donde todo se movió de lugar, pero sigo sin encontrarlo....

Y sin darme cuenta, me encontré acurrucada, con el corazón martillando en mi garganta, y un nudo de remordimiento retorciéndose en mi estómago.
Mi corazón fue volviendo poco a poco a su lugar, y el repentino cosquilleo en mis piernas me hizo darme cuenta de que estaba intentando escapar. Si hubiese podido, hubiese corrido, lejos hasta perderme en algún lugar apartada de mi cabeza, pero no solo la circunstancia me lo impedía, mi cuerpo no quería responder, como un nene caprichoso, no le hacía caso a mis órdenes y solo pretendía hacer todo lo opuesto a lo que le pidiese. Así que intenté calmarme, forzar la repiración y apagarme por un momento.
Mientras la movilidad volvía a mis miembros lo único que atine a hacer fue reincorporarme, levantarme y caminar lentamente escapando de su mirada. Pero hay cosas que no las controlamos, cosas que son inevitables.
Sus ojos reflejaban la tenue luz roja que titiliba sobre su boca, y ahi lo vi, estaba sentado, con una mano sobre la pierna y mirando a la nada.
Qué estaba pensando? Qué estaba sintiendo? Qué palabras, hechos, imágenes cruzaban su cabeza?... pero me encontraba demasiado paralizada como para preguntar. Y en ese momento murió mi posibilidad de saberlo, de algún día llegar a entenderlo... en ese momento.... no sabía lo que significaría para mi, y creo que él tampoco.

Logré sentarme, lejos de todo y de todos, intentando respirar un poco de aire menos viciado para despejar mi mente. Pero sabía que esa imagen nunca podría borrarse de mi cabeza.

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