Cuando uno se complica, es más sencillo, porque se sabe en el fondo, que si se quiere se puede descomplicar. Pero cuando las cosas son complicadas por elección de, llamémoslo la vida, es otra historia. Y son complicadas porque son muchas, juntas y al mismo tiempo. Y uno tiene que andar haciendo malabares, entre las responsabilidades cotidianas propias de la subsistencia, y las emociones, los sentimientos y sensaciones que todo provoca.
Que pasa cuando de repente se siente que todo es un poco mucho?, más de lo que uno puede manejar? Como se maneja?
Qué es lo que se deja para después, cuándo lo que tiene más prioridad no es lo más necesario en ese preciso instante. Cuando lo urgente tapa lo importante.
Y es peor, cuando se construye una vida intentando no depender de nadie... pero otros dependen de uno.
Está bien ser egoísta? largar todo lo que a uno no le interesa y que los demás se encarguen. Hasta cuánto está bien largar?
Y a todo eso hay que agregarle, que la persona que más se desespera por ayudarte, en realidad solo busca ayudarse a si misma... y te consume (tiempo, ganas, fuerzas).
Y esa persona toda su vida hizo lo mismo, absorbiendo todo lo que podía de la gente usándolo para si misma. Y sin embargo... siempre termina mejor parada, en una posición mucho más cómoda de exigir que las cosas las hagan los demás.
Y al cansancio previo de un año hay que agregarle el agotamiento extra de todo lo acontecido en las últimas semanas... plus.. ser el vórtice receptor de los problemas de otros.
Y a hacerse cargo no más... como siempre.
Solo que si las cosas se siguen dando de esta manera, el siempre va a ser muy corto.
Tendría que haber sido yo, si no es que en cualquier momento termino siéndolo.

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